La insuficiencia renal se diagnostica cuando uno o los dos riñones son incapaces de realizar con eficiencia sus funciones, por lo que dependiendo de la o las fallas renales que se presenten, se puede clasificar en dos tipos.


INSUFICIENCIA RENAL AGUDA (IRA)


Es cuando el riñón deja de funcionar de manera brusca, ya sea por horas o por días. En muchas ocasiones, la alteración puede ser reversible con el tratamiento correcto, y puede o no dejar secuelas una vez se ha resuelto la causa.

Puede llegarse a necesitar tratamiento inmediatamente, incluso diálisis.

La causa más frecuente de insuficiencia renal por problemas de riñón es la necrosis tubular aguda, que es un daño a la unidad glomerular (de filtrado), que es causada por diferentes motivos:

-Administración de algunos fármacos y de contrastes yodados (empleados en algunas pruebas de imagen).
-Episodios graves de deshidratación.
-Tensión arterial muy baja u obstrucciones provocadas por posibles cálculos renales, algunos tumores o un agrandamiento de la próstata en varones.



INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA (IRC)


Es una alteración renal crónica que se mantiene indefinidamente, avanzando de forma progresiva e irreversible. El ritmo de su progresión dependerá de su causa, así como del resto de factores implicados en su aparición (edad del paciente, su estado general, manejo de la tensión arterial, evitación de fármacos tóxicos para el riñón y alimentación correcta, etc.).

Las principales causas de la enfermedad renal crónica son:

- Diabetes: el nivel de azúcar en la sangre es demasiado elevado.
- Hipertensión: presión arterial alta.



En cualquiera de los casos, es indispensable acudir con el especialista para obtener un diagnóstico preciso sobre el tipo de padecimiento y su grado de afectación, para comenzar el tratamiento más adecuado.